El nombre del viento de Patrick Rothfuss. Edición:
Plaza&Janés. Páginas: 872.
<<Horas más tarde reinaba una atmósfera cálida y
jovial en la taberna. Kote estaba arrodilado frente a la chimenea, avivando el
fuego, cuando alguien dijo a sus espaldas:
-¿Kvothe?
El posadero se dio la vuelta, con una sonrisa algo confundida.
-¿Señor?
Era el rubio bien vestido. Se tambaleaba un poco.
-Tú ere Kvothe.
-Kote, señor –replicó Kote con el tono indulgente que las madres emplean con
los niños y los posaderos con los borrachos.>>
Cronista fue a encontrar el héroe, la leyenda, pero solo encontró
un hombre. A un posadero con la mirada apagada y los movimientos monótonos. Pero
debajo de esos ojos tristes aún vibraba el fuego en su interior.
El libro trata sobre como un hombre, más conocido por sus
leyendas que por lo que es, cuenta su historia, su verdadera historia. A partir
de este punto, Kvothe, el protagonista, nos guiara través de una apasionante,
acurrada y destellante trama, que no nos dejara inertes en ningún momento.
Justamente quizás es la palabra más eficaz para describir el libro en sí:
Pasión. Las paginas queman de furia, palidecen de tristeza, brillan de alegría…
Cuando el lector entra en el libro, se tiene que preparar para un remolino
constante de emociones.
Además, nos sorprende con un mundo fascinante, que nos
recuerda vagamente al renacimiento italiano pero completamente reinventado: las
regiones, los idiomas, el sistema de las monedas, las leyendas, las
expresiones, las razas… Hasta la organización del tiempo es nuevo. Un abanico
de imaginación e organización en que se ve todo el buen trabajo que seguramente
hizo antes de emprender la historia.
Incluso los personajes son redondos. Cada personaje, aunque
sea un simple extra está dotado de su personalidad, su familia y su historia,
de una manera formidablemente trabajada. Personajes picaros, robustos, niños…
Cada uno no es un personaje, es una persona. Además, el autor te sabe sacar más
de una sonrisa tanto por sus reacciones como por sus actitudes.
De eso también se trata en parte el encanto del libro. No es
un libro dramático y serio, sino que en su justa medida sabe perfectamente
cuando poner un comentario para que des una carcajada o no te aburras en aquel
momento, o para hacer más hábil la lectura… No para de sacar recursos, como
burlarse directamente de los clichés o cambiar el giro de la historia para
esclavizar al lector. No lees la historia. La sientes. Y todo eso es posible
gracias a la prosa del autor. La historia no sería la que es si no fuera
cohesionada con la aparente facilidad y ligereza que demuestra Ruthfuss a la
hora de contarla. Tanto a la hora de dejar en el aire algunos enigmas y
recuperarlos con eficacia, en como explica la “magia” de ese mundo… Te encierra
en creces dentro del libro, obligándote a dejar los ojos clavados en él.
No podréis dejar de morderos las uñas por cada página que leáis.
Ya veis, demasiadas cosas que decir de ese libro para plasmarlo en una simple
reseña…
Si aún no habéis leído ese libro, ¿a qué esperáis?
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